Ciudad Vs Pueblo

En el programa de este miércoles 23 de junio, vamos a hablar de las ventajas y desventajas de vivir en la ciudad o en el campo. Nos vamos al campo para descansar del estrés urbano y algunos enferman por exceso de tranquilidad y porque no saben vivir sin su dosis de estrés, ni sus ruidos cotidianos. Vivir del campo es duro, tanto como vivir en la ciudad. Son durezas diferentes. En una es el contacto con la naturaleza principalmente, en otra, es la indiferencia con el entorno y el contacto con factores estresantes como la contaminación por gases, ruidos, exceso de estímulos visuales, productos tóxicos, etc…
Los tópicos de la vida bucólica, nos han formado unas falsas ideas acerca de la tranquila y placentera vida en el campo, en la que a la plaga de sanguinarios mosquitos, hay que sumar los tábanos del estiércol, las extenuantes jornadas de trabajo de sol a sol. La soledad de la ciudad contrasta con la proximidad en la relación en los pueblos, en los que las cuestiones personales más triviales, pueden ser de dominio popular.
Las grandes urbanizaciones que actualmente rodean muchos de los pueblos, reúnen lo peor de la ciudad y lo peor del pueblo. El aislamiento urbano, la falta de servicios de los pueblos, son algunas de las situaciones de esas poblaciones artificiales que no matan de estrés, sino de aburrimiento.
En definitiva, hay personas que, con la edad, regresan a sus pueblos o se van a vivir al campo. Hay personas jóvenes, que se van a los pueblos abandonados a cambiar sus formas de vida… Lo cierto, es que las grandes diferencias que antaño separaban las zonas rurales y urbanas, hoy se han reducido…
Este es el tema que vamos a tratar el miércoles en la radio, seguro que no descubriremos nada que no sepamos, pero pasaremos la tarde hablando por el placer de hablar sobre campos, pueblos y ciudades…

La crisis

Este Miércoles 16 de Junio, abordamos el «tema de moda»: LA CRISIS.
Después de meses de negar el gobierno que tuviésemos una crisis, y que más bien era unos «hilillos de plastilina» llamados «desaceleración», ya no pueden ocultar por más tiempo, que no están dispuestos a seguir con el «estado del bienestar», porque ahí se invierte mucho dinero público que algunos piensan que debería ir a parar a bolsillos privados, o sea, los suyos.
De lo que se trata es de recortar los ya precarios derechos sociales y destinar el dinero a quienes ellos consideran que los van a «rentabilizar» mejor. Estas líneas políticas, ya se llevaron a cabo en los EE.UU. (como no!), con los sucesivos recortes sociales a las minorías más desprotegidas, sólo que allí, los argumentos no fueron por la «crisis» de los mercados, sino por otro tipo de crisis ideológica: el racismo institucional. A principio de los 90, determinados grupos de poder de ideología suprematista racial, difundieron estudios «científicos» en los que se afirmaba la «superioridad» intelectual de la «raza blanca» y el despilfarro estatal que suponía el escaso gasto público que revertían en las minorías, pues esa inversión, no iba a ser «bien» utilizada. Estos planteamientos ideológicos tuvieron su máxima expresión con la edición del libro que reunía todos estos argumentos ideológicos: «La belle curve». De ahí partieron todos los planteamientos políticos que llevaron a la invasión, primero de Afganishtán, y posteriormente de Irak.
Con la creación de estos conflictos armados, dichos países sufrieron el expolio de sus riquezas culturales, saqueando sus museos y palacios, así como materias primas y humanas… Parece que dichos conflictos armados no han resuelto sus ansias de ambición y codicia y se rumorea que en la última reunión que el Club Bilderberg llevó a cabo en Sitges, se habló de «crear» otra guerra, en esta ocasión, contra Irán…, todos ellos países con importantes bolsas de petróleo, lo que supone pasar de la extinta «guerra fría» a la «guerra caliente», o sea, «montar» guerras para el control energético del mundo y las grandes reservas de otras importantísimas materias primas necesarias para la industria tecnológica.
Por si acaso los planes bélicos fracasan por la importante oposición ciudadana contra las guerras, los amos del mundo tienen preparada otra guerra, esta ni «fría», ni «caliente», sino de «baja intensidad» y a «fuego lento»: la de los recortes sociales y laborales.
El actual decreto que pretende aprobar el gobierno, con la excusa de la imposibilidad de llegar a un acuerdo entre la representación empresarial y sindical, no sólo anticipa años difíciles para las clases sociales más desprotegidas, sino también un mayor incremento de las líneas penales más duras.
Desde hace años, el estado viene haciendo grandes inversiones para la construcción de macrocárceles y complejos industriales penitenciarios, lo que nos llevaría a sospechar que todo esto ya lo tenían previsto.
No es extraordinario que, las únicas «empresas» que no han hecho algún tipo de regulación de plantillas sino, más bien al contrario, han aumentado la contratación, son las instituciones de todo tipo de policías, fuerzas de seguridad del estado y seguridad privada y la de funcionarios de prisiones.
Si a esto le añadimos la deriva que se ha producido en las instituciones de enseñanza, que han abandonado la pedagogía por el control del aula (ESO), y la industria farmacológica que, a través de la institución sanitaria y más concretamente la psiquiátrica, no sólo han creado diversas falsas pandemias de pánico social, sino que han implementado la distribución de todo tipo de psicofármacos, ya sea en prisiones o en las consultas de atención primaria, nos llevaría a reforzar nuestras sospechas.
Al control punitivo de las antiguas prisiones, hay que añadir el control social con las tecnologías y otros mecanismos no tecnológicos (ordenanzas, leyes, modas,,,) y el control terapéutico. Esta es la prescripción socio-político-sanitaria para tiempos de crisis. Y frente a esto, nadie mejor que nosotras que hemos pasado por unas cuantas crisis de todo tipo e intentamos renacer tras cada una de ellas.

El cuarto mundo – 9 de junio

Sí, este miércoles, en Contrabanda FM, vamos a preguntarnos qué es eso de «el cuarto mundo».
Aunque también se conoce como «cuarto mundo» a países muy pobres, el término se ha utilizado principalmente, para designar a todo ese colectivo de personas, que perteneciendo al llamado «primer mundo», viven en situación de extrema pobreza y, por razones muy diversas, quedan fuera de la red de asistencia social. En ocasiones, porque la persona no quiere estar sujeta a horarios, normas, espacios, etc… En otras, porque su situación es tan difícil, que en esta sociedad del ya agotado bienestar, no existe esa red específica de apoyo. Otras, porque no tienen a nadie, a lo que si añadimos la posibilidad de algún tipo de trastorno, hace más difícil y complicada su situación.
Nos vamos a preguntar sobre ese porcentaje tan grande de personas que viven en la calle y que además se dice que tienen algún tipo de «patología mental» dual, y si dicha situación ha sido causa o efecto. De lo que no cabe duda, es que la existencia de personas excluidas social-mente, tiene por lo menos una causa clara y esa es el injusto reparto de la riqueza, o lo que es lo mismo, la grave situación de injusticia social que se produce en todo «primer mundo», contradiciendo y contraviniendo todos los discursos sobre democracia, igualdad, justicia, derechos, etc…
Entre otras muchas curiosidades, habría que destacar que, por lo general, se ha oído hablar mucho de «primer mundo» y «tercer mundo», pero apenas del «segundo mundo», y es que dentro de los escalafones, «los segundones», siempre ha sido uno de los adjetivos más utilizadas para destacar a lxs llamadxs «fracasadxs» y evidentemente, a pesar de que dentro de esa clasificación jerarquizada de los mundos, existían unos países en dicha clasificación, nadie quiso asumir el papel de segundón, dejando un vacío importante entre «el primero» y «el tercero».
Estas cosas y muchas más, si escuchas nuestro programa, las oirás!.
Y colorín colorado, este mensaje de foro, se ha acabado. Y, aunque no somos veganxs, vamos a intentar ser felices sin tener que comer perdices; y para una ocasión como esta, nada mejor que unas patatas a lo pobre.

Los regalos

Esta semana en la emisión que Radio Nikosia hace en Contrabanda FM, vamos a dialogar sobre el regalo.
Hay personas a las que les gusta regalar y a otras, que les encanta recibir regalos. Hay fechas en las que el regalo parece obligatorio, forzado y eso nos plantea el regalo como consumo. ¿Regalamos lo que necesita la otra persona, o lo que nos gustaría que nos regalasen a nosotras?.
Hay personas que prefieren hacerse «autoregalos» y son tan felices (versión de «el amigo invisible» para solitarios). Hay regalos que nos producen una enorme sorpresa, por inesperados, por la ilusión… También hay regalos odiosos, que se recibe con una sonrisa falsa porque no se sabe muy bien para qué es aquello, o dónde lo vas a meter. Aquí podríamos colocar todos esos regalos «kitsch» que son horribles para unas y codiciados para otras… Quizás por esto, podríamos decir que «hay que ser muy generosa para aceptar un regalo». Y como en principio parece que la persona generosa es siempre la que regala, me pregunto si en ocasiones, el regalo no nos sirve para comprar los afectos y por qué.
Como veis el regalo da mucho de sí, y este será nuestro programa-regalo para el miércoles, un regalo interesado, porque lo que buscamos es que nos escuchéis y acudáis fielmente a la cita de nuestra emisión…