La psiquiatria en el franquismo. 15 de setiembre

Vallejo-Nájera, López Ibor…, son apellidos que nos suenan pero que en muchas ocasiones nos remiten a la prensa del corazón o tele basura, o incluso al nombre de alguna clínica para el tratamiento de las «demencias», y no vamos desencaminadas. Pero además de eso, estos dos nombres son los de dos psiquiatras afectos al régimen franquista, que utilizaron la psiquiatría, para la persecución de las ideas emocráticas. Vallejo-Nájera, creo todo un cuerpo de doctrina de apariencia científica, en el que analizaba el comportamiento, la conducta y la personalidad de los que llamaban «los rojos», incluyendo en este término a marxistas, socialistas, anarquistas, liberales, etc. En definitiva se justificaba la persecución de todo librepensador y partidario de la República, por considerar que sus ideas contaminaban la pureza de la raza española con sus extranjerismos y afectaban a los tradicionales valores de la familia, de la patria y del catolicismo.

Los historiadores comentan que la guerra civil pudo haber durado mucho menos tiempo, y que se prolongó la contienda. De hecho, en muchas localidades, el bando fascista apenas encontró resistencia, pero uno de esos motivos para alargar la guerra, tenía como única finalidad, depurar la retaguardia. O sea, exterminar a los partidarios de las ideas liberales que se consideraban inferiores y dañinas para España.

Una persecución especial, fue para las mujeres y los homosexuales, de hecho, la ley de vagos y maleantes que en la República se utilizó como medida preventiva, con el franquismo se modificó para perseguir especialmente a los homosexuales, creando prisiones específicas para ellos. A la mujer «roja», se la consideraba una descarriada, una puta y una fracasada como mujer y como madre, y fueron encarceladas y tuteladas por monjas que las humillaban y les hacían la vida imposible, sometiéndolas a tratamientos expiatorios de «culpabilidad» y a esclavizarlas con trabajos «femeninos», como la costura, la limpieza, etc…

Si a «los rojos» se les trataba como degenerados y psicópatas, es difícil hacerse una idea del trato que recibirían las personas diagnosticadas y viendo el horror que se vivía en las prisiones en las que muchas personas, sino morían fusiladas, lo hacían de hambre, frío o de enfermedades por la falta de higiene y el hacinamiento. Ni que decir cómo deberían de estar las personas en los manicomios. De hecho, a muchos de los que permanecían en ese encierro, era por la única razón de sus ideas y no porque tuviesen enajenación alguna; aunque sí que con el tiempo y el tratamiento de aversión que recibían, acababan perdiendo la razón.

En este programa, y frente a este panorama tan aterrador, nos vamos a preguntar que queda de todo eso hoy en día. A primera vista parece que nada, pero si indagamos un poquito, veremos que los ingresos involuntarios se hacen en centros que no dejan de ser como prisiones. También veremos cómo se ha recuperado desde hace años la aplicación del electroshock y tendríamos que preguntarnos, si los intentos de implantar el TAI, no obedecen más a esa concepción ideológica que movió a los fascistas sublevados contra la República, a llevar a cabo una política de exterminio ideológico, con medidas eugenésicas incluidas.

Para concluir recordar, un ejemplo que hemos conocido no hace demasiados meses a través de la prensa, los tratamientos que se practican en alguna clínica de Barcelona, en la que consideran la homosexualidad como una enfermedad mental, idea que los manuales de diagnóstico, han abandonado por falsa, reaccionaria y atentadora contra la libertad sexual de las personas.

También, pensar en la asistencia social actual, en la que más que procurar recursos para la asistencia, lo que promueve principalmente, son recursos para introducir a las personas en la institución, y así tener un control a través de sus datos. De hecho, muchas ONG’s, derivan a las mujeres madres solteras sin recursos, a residencias de acogida regentadas por órdenes religiosas que están pagadas por el estado y en las que, aparte del trabajo que les hacen hacer a las mujeres, en muchas les obligan a la asistencia a los cultos religiosos, retrotrayéndonos al franquismo, cuando las mujeres presas tenían como carceleras a las monjas de determinadas y estrictas órdenes religiosas.

Ah!, se me olvidaba, este programa lo haremos en colaboración con la gente de Radio Caliu y el tema, ha sido, a mi modo de entender, una propuesta muy valiente de ellxs.

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